Hubo un cambio en el texto a pedido de la oposición: sólo se votará el endeudamiento y no la política económica. Pese a las modificaciones, los apoyos de propios y opositores no están asegurados y continuarán las negociaciones a contrarreloj por el vencimiento del 22 de marzo

Con modificaciones de último minuto que dilataron aún más el proceso, el Gobierno envió finalmente a la Cámara de Diputados el proyecto de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la refinanciación de la deuda externa. El texto genera desavenencias con la oposición de Juntos por el Cambio y dentro del propio bloque del Frente de Todos.

El oficialismo buscará acelerar el trámite para que se apruebe la semana que viene y sea girado lo antes posible al Senado para su posterior revisión por el board del Fondo. La Casa Rosada tiene apremio: dentro de 18 días se cumple el plazo para el pago de USD 2800 millones, que el Banco Central no puede afrontar sin haber pactado con el organismo internacional de crédito, y hay riesgo de default.

El proyecto de ley ingresó a las 13:30, en forma digital, por mesa de entradas de la Cámara de Diputados, con los anexos informativos correspondientes, según informaron fuentes oficiales. Si bien la Casa Rosada pretendía enviar el texto antes de la finalización de febrero, las diferencias con el Fondo Monetario Internacional (FMI) acerca del sendero fiscal primero y las modificaciones jurídicas solicitadas ayer por la oposición postergaron hasta este viernes el ingreso de la iniciativa al Congreso.

Tras la confirmación del FMI del entendimiento, el Gobierno había anticipado elevaría la propuesta el jueves por la tarde, pero en las últimas horas debió incluir una serie de cambios a pedido de la oposición, donde los diputados del ala dura, especialmente del Pro y de Republicanos Unidos, exigieron como pre-condición para brindar su apoyo que sólo se votara el endeudamiento, y no la totalidad de la política económica para cumplir con el acuerdo (a pesar de que en las últimas semanas los moderados habían sujetado el apoyo a la “letra chica” del pacto, lo cual generó diferencias en el espacio).

La versión que quería el Gobierno rezaba que se aprobaba “el acuerdo para el refinanciamiento de la deuda entre la República Argentina y el FMI conformado por el memorándum de políticas económicas y financieras y el memorándum técnico, que como anexos forman parte integrante de la presente ley”.

Finalmente, luego de tensas negociaciones con los opositores, consensuaron que el primer artículo detalle que los legisladores sólo apoyarán el refinanciamiento de la deuda, y que, aparte, se incorporan los memorándums técnico, y de políticas económicas y financieras a modo informativo. Juntos por el Cambio busca desligarse de la política económica, facultad exclusiva del Ejecutivo.

Durante la madrugada, el Presidente se mantuvo en contacto con la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra; con el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa -encargado de las negociaciones con la oposición-; y con el ministro de Economía, Martín Guzmán. En conjunto, consensuaron la introducción de las modificaciones. Sin embargo, el respaldo de la oposición no está asegurado y podría haber polémica en torno al segundo artículo, referido a los anexos.

En el texto definitivo, enviado hoy a Diputados, el primer artículo reza: “Apruébase, en los términos del artículo 2° de la Ley N° 27.612, el Programa de Facilidades Extendidas a efectos de refinanciar la deuda existente entre la REPÚBLICA ARGENTINA y el FONDO MONETARIO INTERNACIONAL, correspondiente al Acuerdo Stand By suscripto en el año 2018″.

Y el segundo dice: “A los fines del artículo 1°, se acompañan el “Memorando de Políticas Económicas y Financieras” y el “Memorando Técnico de Entendimiento”, como Anexos IF-2022-20313101-APN-SLYA#MEC e IF-2022-20313142-APN-SLYA#MEC, que componen el Programa de Facilidades Extendidas mencionado en el artículo precedente y que forman parte integrante de la presente ley”.

Durante las próximas semanas, toda la atención del Gobierno estará enfocada en el Congreso, donde habrá actividades a diario. Ayer, las autoridades de la Cámara baja y los representantes de los bloques del Frente de Todos y Juntos por el Cambio se reunieron para trazar una hoja de ruta para tratar el acuerdo con FMI.

En un diálogo de dos horas en el salón de honor de la Presidencia, Sergio Massa, Mario Negri (UCR), Cristian Ritondo (PRO), Germán Martínez (FdT), Rodrigo de Loredo (Evolución), Juan Manuel López (CC), Alejandro Rodríguez (Consenso Federal), Carlos Heller (FdT) y Luciano Laspina (PRO) definieron una “hoja de ruta” para tratar el acuerdo.

Por ahora se anunció que el lunes a las 14 asistirán al Congreso el jefe de Gabinete, Juan Manzur, el ministro de Economía, Martín Guzmán; el titular del Banco Central, Miguel Pesce; el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos; y el secretario de Hacienda, Raúl Rigo. En tanto, el martes, asistirán representantes de los sindicatos y movimientos sociales, entre ellos la CGT, la CTA, ADEBA, CGERA, APYME, ADEBA y G6. Ese día, también serán invitados a exponer los gobernadores. En el mítin también se decidió que Heller y Laspina (JXC), de la Comisión de Presupuesto, queden facultados para agregar invitados a propuesta de los presidentes de bloque.

Y a partir del miércoles, a las 10 de la mañana empezará el debate en comisión para dar dictamen al proyecto con la intención de que se trate en el recinto esa misma semana.

En tanto, el Gobierno deberá prestarle atención, además de la oposición, a la interna del Frente de Todos, donde los diputados que responden a Máximo Kirchner, el ex jefe del bloque que renunció por su malestar con el acuerdo, amenazan con votar en contra. Aún no es seguro si contribuirán a dar quórum, y si se plegarán a los pedidos del Ejecutivo para que, al menos, se abstengan. Ayer, La Cámpora publicó un mensaje en sus cuentas oficiales de redes sociales con una nueva crítica al acuerdo, la más contundente, como conjunto, desde la carta de dimisión de su jefe a la conducción del oficialismo en Diputados. Fue una señal de que se avecinan tiempos complejos en el ámbito legislativo, donde los planes de la Casa Rosada para darle un tratamiento exprés al proyecto podrían complicarse.